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El bargueño

Este estupendo trabajo ha sido realizado por Kevin Paz Gallego, alumno de 2º Curso del Ciclo Formativo de Técnico en Fabricación e Instalación en Carpintería y Mueble, de nuestro Instituto.

Fue durante el Siglo de Oro español cuando el bargueño se “instauró” como elemento esencial de los hogares españoles más pudientes, viviendo su época de máximo esplendor en los siglos XVI y XVII. Este mueble, que hace las veces de escritorio, todavía sigue dotando de elegancia las moradas de todo el mundo y es la delicia de anticuarios y apasionados de la decoración de antaño.


Aunque existe una gran controversia con respecto a los orígenes del bargueño en nuestro país, lo cierto es que fueron los árabes durante el periodo de ocupación de la Península Ibérica quienes lo introdujeron. Pero fue más adelante cuando, debido a su adaptabilidad, funcionalidad y belleza artística, no sólo pasó a ser un habitual en las moradas españolas, sino también en las de toda Europa.

Una de las máximas autoridades en Arte Decorativo en España, la historiadora Mª Paz Aguiló Alonso, definió al bargueño como “el tipo de escritorio más propiamente español del Siglo de Oro."


Aunque en Europa existía un tipo de mueble con similares características llamado cabinet.


Hasta la literatura de una de las mejores plumas del mundo, como es la de Pérez Reverte, en su obra El Capitán Alatriste, nos desvela el mueble español por excelencia como un elemento lujoso al alcance de unos pocos afortunados.


El bargueño, que fuera la flor y nata de la decoración, ha sido incluso el pequeño tesoro de algunos monarcas del Viejo Continente. Actualmente, estas piezas se constituyen como verdaderas obras de arte expuestas en los mejores museos y citadas en los libros de historia.





(Voz de Cristina Gutiérrez)

3 comentarios:

Muy interesante tu trabajo Kevin y muy bien hecha la lectura de Cristina. Me alegra que los compañeros de madera se hayan dejado "enredar".

11 de febrero de 2010, 10:55  

Sí, resulta interesante esta lectura sobre el bargueño. Buena síntesis, Kevin. Preciso y al grano.
Felicidades, Cristina, por leer tan bien.

12 de febrero de 2010, 20:46  

Coincido en todo con Rosa y Ana: un interesante trabajo y una muy buena lectura.

15 de febrero de 2010, 18:22  

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